SER UN HOMBRE EMPRENDEDOR
Ser un "hombre" para un emprendedor en el contexto actual va mucho más allá de las definiciones tradicionales de género y se centra en un conjunto de cualidades y responsabilidades que históricamente se han asociado con la masculinidad, pero que son valiosas para cualquier persona que emprende, independientemente de su identidad de género. Significa encarnar ciertas fortalezas, asumir roles y proyectar una imagen que puede influir en la percepción y el éxito de su emprendimiento.
Aquí desgloso algunos aspectos de lo que podría significar "ser un hombre" para un emprendedor en este sentido:
- Asumir la responsabilidad: Históricamente, se ha esperado que los hombres sean proveedores y protectores. Para un emprendedor, esto se traduce en asumir la total responsabilidad del éxito o fracaso de su empresa, así como del bienestar de su equipo y, en cierta medida, de sus clientes. Implica no evadir la culpa, aprender de los errores y tomar decisiones difíciles cuando sea necesario.
- Mostrar fortaleza y resiliencia: En un mundo empresarial lleno de incertidumbre y desafíos, la capacidad de mantener la compostura bajo presión, superar los reveses y mostrar una determinación inquebrantable son cualidades valiosas. Esta "fortaleza" no implica la supresión de emociones, sino la capacidad de gestionarlas y seguir adelante con resolución.
- Ser proveedor y protector (en un sentido amplio): Para un emprendedor, ser proveedor significa crear valor, generar ingresos y asegurar la sostenibilidad de su negocio. Ser protector implica cuidar de su equipo, fomentar un ambiente de trabajo seguro y justo, y defender los intereses de su empresa.
- Liderar con decisión y visión: Tradicionalmente, se ha esperado que los hombres tomen la iniciativa y guíen a otros. Para un emprendedor, esto se traduce en tener una visión clara para su empresa, tomar decisiones informadas y liderar a su equipo con confianza e inspiración.
- Ser directo y asertivo (con respeto): La comunicación clara y directa, así como la capacidad de defender sus ideas y negociar con firmeza (siempre con respeto), son habilidades importantes para un emprendedor en sus interacciones con inversores, socios, clientes y empleados.
- Mantener la integridad y la ética: La honestidad, la transparencia y el cumplimiento de la palabra son cualidades esenciales para construir confianza y credibilidad en el mundo empresarial. Un emprendedor que encarna la integridad establece un estándar ético para su empresa.
- Ser pragmático y orientado a la acción: La capacidad de analizar situaciones de manera lógica, identificar soluciones prácticas y tomar medidas decisivas es fundamental para avanzar en el emprendimiento.
- Mostrar coraje y asumir riesgos: Emprender en sí mismo implica un cierto grado de riesgo. La disposición a salir de la zona de confort, a probar nuevas ideas y a enfrentar la posibilidad del fracaso requiere coraje.
- Ser un modelo a seguir: Un emprendedor, especialmente si tiene un equipo, se convierte en un modelo a seguir. La forma en que se comporta, los valores que defiende y la ética de trabajo que demuestra influyen en la cultura de su empresa.
Es crucial enfatizar que estas cualidades no son exclusivas de un género. Sin embargo, históricamente se han asociado con la masculinidad y, en el contexto empresarial, pueden ser percibidas como atributos de un líder fuerte y confiable.
En la actualidad, un emprendedor exitoso, sea hombre o mujer, puede encarnar estas cualidades de manera auténtica y adaptada a su propia personalidad y estilo de liderazgo. La clave radica en la efectividad, la integridad y la capacidad de construir un negocio próspero y sostenible, tratando a todos con respeto y equidad. Ser un "hombre" para un emprendedor en este sentido moderno significa proyectar fortaleza, asumir responsabilidad y liderar con integridad, independientemente de su identidad de género.
César Augusto Soto Fajardo
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MORELIA, MICHOACÁN, MÉXICO
16 DE MAYO DE 2025


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